Lionel Messi y Luis Enrique durante el partido entre Barcelona y el Eibar, el 18 de octubre de 2014. Fotos: AFP
El presunto enfrentamiento entre el astro argentino Lionel Messi y el entrenador Luis Enrique se instaló entre la afición del FC Barcelona, dividida entre el afecto a su estrella y el respeto a la jerarquía del entrenador dentro del vestuario.
Tras una semana convulsa en el club catalán, marcada por los rumores de discrepancias entre ambos y la convocatoria de elecciones a la presidencia a final de temporada, la plácida victoria por 5-0 del jueves ante el Elche en Copa del Rey parecía la ocasión propicia para templar los ánimos.
Sin embargo, con el partido ya encarrilado para el FC Barcelona, unos cánticos de apoyo a Luis Enrique desde la grada reavivaron la polémica cuando parte de los espectadores reaccionaron con silbidos hacia el técnico.
Poco después, un gol de penal del argentino fue respondido con coros unánimes hacia Messi. Aunque el Camp Nou estaba muy vacío con solo 27.000 espectadores, la anécdota refleja la división que este viernes se respiraba en los alrededores del estadio.
“El poder lo tiene el entrenador y Messi debería aceptarlo le guste o no”, respondía Tomás Morales, estudiante y yudoka de 24 años. “Luis Enrique tiene las de perder. La gente quiere a Messi y no dudará sobre a quién apoyar”, afirmaba Marta Sierra, una abogada de 33 años.
“Espero que se baje del burro y se reconcilie con Messi. No lo puede dejar en el banquillo en un partido como el del otro día”, se rebelaba Josefina Segarra, que compraba una camiseta del argentino para su nieto.
Esta mujer de 73 años se refería al partido del domingo ante la Real Sociedad que Messi empezó como suplente. El Barça perdió el encuentro (1-0) y desaprovechó una oportunidad de oro para ponerse delante del Real Madrid, que había tropezado ante el Valencia.
Un día después se abrió la caja de Pandora por la ausencia del argentino al entrenamiento, oficialmente por gastroenteritis, desatando los rumores de un enfrentamiento con el técnico.
Desde entonces, nadie desde el club desmintió esas informaciones. Preguntado al respecto el jueves, Luis Enrique prefirió zanjar el tema: “Sé que hay ese morbo pero no lo voy a alimentar“.