Ángel di María se considera un futbolista afortunado. Motivos le sobran: juega en el Real Madrid desde hace cuatro temporadas y también es fijo en las convocatorias del entrenador de Argentina, Alejandro Sabella, por lo cual su nombre estará en la lista para disputar el Mundial de Brasil en junio.
Su presencia activa como jugador de ‘La Albiceleste’ y del Real Madrid le ha permitido al ‘Fideo’, a quien se conoce así por su contextura menuda (pesa 75 kilogramos y mide 1,78 cm), compartir camerinos con los dos mejores ‘cracks’ de la época: el portugués Cristiano Ronaldo, vigente ganador del Balón de Oro, y Lionel Messi, considerado por muchos como el mejor jugador del planeta.
Ronaldo y Messi no son amigos. Todo lo contrario. El periodista español Diego Torres en su libro ‘Prepárense para Perder’, que narra las vivencias del Real Madrid en la época del entrenador José Mourinho, revela que al astro portugués no hay nada que lo irrite más que le hablen de las bondades futbolísticas de Messi. De hecho, según Torres, Ronaldo y su entorno se refieren al argentino como “el enano”.
En el medio de estas diferencias está Di María, un jugador formado en la cantera de Rosario Central. Él es amigo de ambos. Según los medios deportivos españoles, Cristiano Ronaldo le pidió directamente al presidente del Madrid, Florentino Pérez, que prolongara el contrato del volante.
Los dos jugadores tienen el mismo representante: el portugués Jorge Mendes, considerado uno de los más poderosos en el millonario mundo del fútbol.
El panorama no es distinto en la Selección de Argentina. Alejandro Sabella tiene como titular indiscutible a Di María y ya tiene un cupo fijo dentro de los convocados para representar a su país en el Mundial que se avecina.
Figura en el clásico español
El ‘Fideo’ es un ofensivo que se escurre fácilmente entre las defensas rivales. Lo sufrió el pasado domingo la zaga del FC Barcelona, que tuvo problemas para contener al mediocampista del Real Madrid.
Di María arrancó con velocidad y esquivando rivales por el sector izquierdo. Dos de sus centros terminaron en los goles del ariete francés Karim Benzema. En el segundo tiempo, el nivel de Di María bajó y con él la producción de su equipo, que al final cayó en el clásico ante su archirrival.
Durante el partido, sufrió un desvanecimiento, producto del gran esfuerzo físico que demanda un partido jugado a la más alta exigencia.
Con actuaciones como las del domingo, Di María busca dos cosas según una crónica de Diario El País: por un lado, llegar en la mejor forma al Mundial y por otro tratar de reconciliarse con la hinchada del Madrid, que lo mira con recelo, tras aquel partido de enero pasado ante el Celta de Vigo, cuando se tocó los testículos al ser sustituido. La mayoría de la hinchada reprobó el gesto. Él se defendió diciendo: “Simplemente, me los estaba acomodando (sic). Es normal que lo haga”.