Geovanny Nazareno tiene el escudo de Barcelona tatuado en el extremo izquierdo de su pecho. Está justamente encima de su corazón, en el mismo lugar donde lo tienen los miembros de la barra Sur Oscura.
Ese grabado se lo hizo durante su etapa como juvenil en el conjunto canario. Su afinidad por este equipo lo llevó a marcarse la piel un día después de ganar el título nacional con la Sub 18.
Ser barcelonista fue una razón suficiente para decidir quedarse en Guayaquil y rechazar las ofertas de Deportivo Quito y Liga Deportiva Universitaria de Quito. El jugador firmó contrato por un año con Barcelona, según lo confirmó el presidente del club canario, Alfonso Harb.
Pero su familia fue también fundamental a la hora de tomar una decisión. Su esposa es manabita y su hijo, que nació hace seis meses en Quito, prefieren el calor guayaquileño y no el frío capitalino. Según el técnico Rubén Darío Insúa, “su familia también quería quedarse y junto a la dirigencia lo apoyamos para que lograra quedarse y cumplir su deseo”.
Ximena Crespo, ex relacionista pública del equipo amarillo, recuerda que, pese a eso, Nazareno “nunca puso reparos” a la decisión de los dirigentes de trasladar, el año pasado, el equipo a Quito.
Guayaquil es para este lateral izquierdo de 22 años una ciudad “cómoda, acogedora y encantadora”. Pero no solo esas cualidades lo atan a ella. Una de sus tías vive en el sur porteño y cuando su mamá viene de visita desde Esmeraldas, se queda donde ella.
Nazareno nació en Lago Agrio, pero creció en Esmeraldas. Su compadre, el defensa central Jefferson Hurtado, cuenta que es el frío lo que “espanta” al lateral de los clubes quiteños.
La ‘Sombrita’, como apodan a Hurtado, es el padrino del primogénito de Nazareno que nació durante la estadía de Barcelona en la capital. Es muy allegado a la familia de Giovanni puesto que quedó huérfano hace tres años.
Pero esta no es la primera vez que Nazareno elige a Barcelona y desecha propuestas de clubes quiteños. En noviembre del 2008 él mismo estableció contacto con la dirigencia canaria para definir su vinculación al equipo. Eso le generó un conflicto con los directivos del Deportivo Quito, club en el que militó ese año y que reclamó los derechos deportivos del defensor. Los chullas lo acusaron de firmar contrato con Barcelona cuando estaba en vigencia el que había establecido con ellos.
El futbolista ha estado también involucrado en escándalos extrafutbolísticos. En el 2009 estuvo supuestamente implicado en el arrollamiento de María Quintero Portocarrero en la carretera entre Esmeraldas y la parroquia Viche. El jugador reconoció el accidente, pero culpó a su padre Prudencio Nazareno de ser el responsable ya que él manejaba el automóvil Hyundai de su propiedad.
Hace un mes la historia se repitió. La Universidad Católica afirmó tener un contrato firmado con el jugador, pero Barcelona alegó que ese documento no se encontraba inscrito en la Federación Ecuatoriana de Fútbol y fue declarado como jugador libre.
Nazareno, aunque prefiere por estos días no dar entrevistas, confiesa que es barcelonista y que tiene una revancha pendiente con el club del que se hizo seguidor viendo a Alfaro Moreno.