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Brasil 2014 es el Mundial de los contraataques, de los goles. Este torneo nos muestra la estrategia de esperar en campo propio, de ceder el terreno al rival, con el fin de, una vez recuperado el balón, salir rápido con una jugada llamada contraataque.
Esta idea se la aplica con dos condiciones:
1) Cuando en los papeles, el rival es superior por su volumen de juego y por sus individualidades, hace que nos defendamos en campo propio con todos los jugadores haciendo una presión baja, y
2) Cuando en ataque nuestro equipo cuente con jugadores veloces si nos imaginamos el partido, cuando el rival empieza un ataque contra nosotros, nuestro equipo se ubica de la mitad de cancha hacia atrás, con la línea defensiva a la altura del borde del área grande.
El orden, la atención y concentración, son fundamentales para no recibir goles. El rival por su ímpetu, por su intención de ganar, posiblemente ubique a sus centrales en mitad de cancha, y a sus dos laterales mas allá atacando.
Esto se llama quedar mano a mano, es decir uno contra a uno o dos versus dos. Un equipo parece temeroso, tímido, y poco generoso con el juego. El otro es atrevido, y rota el balón por todos lados para intentar penetrar.
En este instante, se presenta algo único, hermoso en el fútbol, porque en pocos segundos los papeles rotan. El equipo que era atacado recupera el balón y entonces su estrategia se pone en práctica.
Usa la velocidad de sus atacantes y en uno o dos toques, cruza la mitad de la cancha con el objetivo de llegar a la meta en el menor tiempo posible con un contraataque.
Holanda y Suiza en el Mundial o Real Madrid en España aplicaron esta estrategia en varios partidos.