A estas alturas, solo un acontecimiento de impacto bíblico podrá alterar lo que todos saben pero que muchos se niegan a aceptar: Luis Chiribogaganará la reelección con mucha más comodidad de la esperada y seguirá al mando de la Ecuafútbol por otros cuatro larguísimos años.
¿Por qué el Ingeniero logrará un nuevo triunfo, si el #LargateChiriboga es lo más retuiteado? ¿Por qué se impone a Jaime Estrada, si es prácticamente unánime que el fútbol nacional requiere de una renovación amplia de su cúpula, de nuevas ideas para afrontar la crisis, de un refrescamiento general? He aquí las explicaciones:
1. Un mal candidato opositor
Chiriboga no ganará. La oposición se derrotará solita por su colección de errores y el más grande está en la postulación de Jaime Estrada, quien carece de la experiencia (la edad es otra cosa) y del discurso para convencer a sus colegas de que puede tener éxito al frente de la entidad. De entrada, es sorprendente que el vicepresidenciable sea Patricio Torres. Debió ser al revés: Torres es un estupendo candidato para dirigir la Ecuafútbol y Estrada hubiera aparecido como un complemento perfecto: la trayectoria unida con la energía del cambio. Torres exhibe un cartel que ni siquiera Chiriboga podría reprochar y que NINGÚN dirigente tiene. Pero Estrada, que acaba de comerse un descenso, necesita mucho más tiempo para asumir esa responsabilidad.
2. Los errores de Liga de Quito
La postura de Liga ha sido zigzagueante y errática. Los albos se han dejado arrebatar (¿a propósito?) el liderazgo del #LargateChiriboga porque nunca han buscado la Presidencia de la FEF. Liga ha sido valiente y osadamente frontal para reclamar a Chiriboga por sus errores (aunque la bronca cayó en lo personal y eso también resta credibilidad); pero esquivar la responsabilidad de presentar un candidato ha generado decepción entre los mismos clubes de Pichincha, que después de todo se niegan a perder el sillón presidencial. ¿Acaso nos hemos olvidado que Chiriboga llegó al poder justamente por la tensión regional de los años 90, que buscaba desplazar el control que ejercía la Costa de la FEF? ¡Ah, la mala memoria! Liga debía primero convencer a los pichinchanos si quería tumbar al Ingeniero pero al contrario luce divorciada de ellos, por diversas razones. Luego, los Paz también perdieron (¿otra vez a propósito?) el liderazgo de la campaña pública por la Liga Profesional, sobre todo por juntarse con gente que va contra natura de los ideales de la misma U. De repente, Canessa, que es todo lo opuesto al liguismo, apareció como el máximo vocero de los que piden Liga Profesional. Dos errores carísimos que han minado al club más importante del #LargateChiriboga en su cruzada.
3. Canessa y su estrategia personal
Mario Canessa, el presidente de River Ecuador, también causará esta derrota. Hizo perder mucho tiempo a los opositores en decidir si se lanzaba a pelear el puesto a Chiriboga, pero al final de diciembre, ¡de diciembre!, desistió. La candidatura de Estrada ha sido tan improvisada, tan al apuro, que apenas ha tenido tiempo para la campaña. Canessa tiene derecho a hacer lo que considere correcto y al parecer ha jugado con una estrategia personal en este lapso, pero es llamativo que al menos no haya apoyado decididamente a Estrada para compensar su paso al costado. Mucha tibieza para quien se presentaba como el líder de la Liga Profesional y pedía cambios estructurales.
4. Enfrentarse a las asociaciones
Un error descomunal fue empezar la pelea del #LargateChiriboga con cuestionamientos a las asociaciones provinciales, ¡que son las que aportan votos decisivos! Son las asociaciones los que permiten asegurar que Luis Chiriboga es el todopoderoso del fútbol. Luego de que los opositores gritaron que “las asociaciones ya no tienen nada qué hacer con los clubes”, han intentado sin éxito un acercamiento para bajar la tensión. El daño estuvo hecho. Lo más curioso es que el mayor detractor del Ingeniero desde las asociaciones es un ex-chiriboguista, invitado al Mundial 2014 y luego furioso con su ex amigo porque un club de Orellana fue sancionado.
5. El mundo real es una cosa, las redes son otras
El hashtag #LargateChiriboga es el más inútil de la historia. Primero, porque el Ingeniero no tiene cuenta en Twitter. Luego, porque el fútbol ecuatoriano se maneja con criterios analógicos, palpables, antidiluvianos si se quiere, y lejos de la gente. Lamentablemente, esto se trata de un asunto de dirigentes, no de jugadores ni de hinchas ni de fanáticos del tuiteo. Así que la presión en las redes es solo eso, un espacio de libre circulación de ideas, de vertiente de anhelos, pero no generará una primavera árabe ni nada de eso en nuestro fútbol porque los dirigentes jamás fueron presionados en el mundo real, el de Chiriboga. Sorry.