Tiene una pasión declarada por Aucas prácticamente desde que se fundó el equipo, en 1945. Y pese a que en ciertos momentos difíciles temió que el club desapareciera, nunca perdió la esperanza de que el cuadro resurgiera y alcanzara la gloria.
¿Cómo nació el amor que usted siente por Aucas?
Yo estaba en la escuela (en el San Pedro Pascual) y había muchos equipos: Gimnástico, Gladiador, España, Crack, etc. Y llegó la compañía petrolera Shell (en 1945) e hizo una selección; de todos los equipos fue sacando jugadores. Gonzalo Pozo fue sacado del Gladiador.
Con ellos formó Aucas. Entonces me hice hincha. Antes me gustaba el Gimnástico; solo me gustaba. Pero Aucas era todo en Quito. Entonces, Aucas absorbió todo. Y eso enamoró a todo el mundo. Aucas era fabuloso.
Aucas tenía plata en aquel entonces…
Claro, Aucas tenía plata… Era como equipo profesional. En el edificio del Banco La Previsora, en la Espejo y Guayaquil, en el quinto piso funcionaba la Shell. Y los empleados, todos hinchas de Aucas, salían a la calle bien enternados a pasearse.
¿Recuerda la primera vez que fue al estadio?
Fue en El Arbolito, claro. Luego iba todos los domingo y me daba modos para ver los partidos. A veces entraba tomado de la mano de los que iban a tribuna, como si fuera hijo. Le decía “lléveme de la mano”. En otras ocasiones, como la Casa de la Cultura estaba en construcción (se inició en 1946), ahí nos subíamos a ver los partidos.
Íbamos, también, a la zona donde hoy está la Asamblea; esa era una linda galería, pura hierba, chamba; se veía las tres cuartas partes de la cancha, por lo menos. Y cuando ya estaba más grande y empecé a ganar mi dinero en la carpintería y el canto, ahí sí ya me iba por mi cuenta.
¿Cuánto costaba, más o menos, una entrada al estadio?
Sí me acuerdo, eran 50 centavos (de sucre). Que en esa época era platita. Ahora, no es por presumir, voy a tribuna, a palco.
Usted disfrutó de la buena época de Aucas…
Claro, la del ‘Negro’ Angulo, el ‘Chalmeta’ Naranjo, un sobrino de los hermanos (César y Carlos) Garnica, hasta ahora me visita.
Qué tiempos aquellos
Yo fui testigo cuando (César) Garnica tumbó el poste del arco en el estadio de El Arbolito. Fuimos a coger palos de El Ejido para reponer el arco. Claro que pateaba fuerte, pero también creo que debe haber estado apolillado. Y, a veces, más que la fuerza de la patada, creo que influía el peso de las pelotas de aquella época.
¿Cómo nació lo de hacer y usar la matraca para alentar al equipo?
Vino el Puebla, de México, hace unos 70 años al menos. Jugó cuatro partidos y ganó los cuatro. Y la barra del Puebla (unos 20 o 30) estaba en lo que era la preferencia. Ellos trajeron matracas. De ahí viene el uso de la matraca. Yo era jovencito; me dijeron “cuando nos vayamos, te vamos a dejar la matraca”.
Era una grandota. Y yo la saqué en pequeño; por ahí tengo los moldes (los muestra). Ayer vendí unas cuantas y hoy pienso hacer unas dos docenas. Antes hacía 300, 400.
En las épocas de gloria, ¿dónde eran los festejos de los títulos?
Algunos iban a la caseta del ‘Chulla’ Pérez, que estaba junto al árbol (que daba nombre al estadio). O a Las Huacas (otro negocio tradicional de comida típica).
¿Sabe de algún político que fuera auquista? ¿Velasco Ibarra, tal vez?
Sí, Velasco sí era. Y Galo Plaza también. Y, claro, el exalcalde (Gustavo) Herdoíza y Lenín Moreno.
¿Por qué al llegar el profesionalismo Aucas decayó?
Ya estaba desintegrado el equipo. Además, la Shell se retiró y Aucas quedó ‘offside’. Pero la fama no se la quita nadie. Campeón cinco veces seguidas. Pentacampeón no es cualquiera. Parecido al bitricampeonato de El Nacional.
Usted, ¿tal vez ya había perdido la esperanza de ver campeón nacional a Aucas?
La verdad sí llegué a pensar “se acabó Aucas”; como subía y bajaba (de categoría). Pero nunca ocurrió. Bajó hasta la segunda categoría y volvió a subir. Porque tiene fama. Aucas tiene fama en todo el Ecuador. Le he seguido a todos los pueblos y por todas partes hay auquistas.
Por eso no murió Aucas. Pero en el fondo, siempre fui positivo. Dije, “algún día renacerá”; “algún día habrá una persona que trate de explotar la marca Aucas”.
¿Puede que Aucas no sea campeón el domingo 13 de noviembre?
Tiene que ser campeón. Aunque pueden suceder cosas que están fuera del alcance. Son muchos 21 partidos invictos. Ha ganado a todos: a Liga, a Barcelona, a Emelec, a Independiente. Así que no es coincidencia. Está jugando bien bonito.
¿Dónde se debe festejar el campeonato nacional?
En El Arbolito… en El Arbolito.
¿Regresarán algunos hinchas que se han alejado?
Lo que pasa es que -como yo digo- suelen estar dormidos. Cuando ascendió a la A, llenó el estadio. Tienen amor a Aucas, pero están dormidos.
¿Cómo ve al equipo para la Copa Libertadores?
Siendo inteligente, como creo que es el entrenador venezolano (César Farías), con esa plantilla de jugadores muy buena, debe ya estar pensando, ya debe tener jugadores en mente. Y seguro que viene trayendo a buenos jugadores. Porque para la Copa Libertadores sí necesitan una mejor y más amplia plantilla.
¿Farías es el autor del título?
Se ve que es inteligente, porque ha hecho buenas cosas. Y ha sido un buen técnico (en su carrera). Lo estudié y no tiene fracasos.
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