Tom Brady, el quarterback de los New Englands Patriots
Tom Brady, el quarterback de los New Englands Patriots y un héroe al gusto de los estadounidenses, comienza a ver carcomida su imagen tras la revelación de un informe de 243 páginas que le señala de haber sido consciente de un complot para desinflar los balones en la final de la Conferencia Americana de la NFL.
El llamado ‘Deflategate’ del fútbol americano volvió a sonar con fuerza este jueves, 7 de mayo, cuando medios de prensa locales, encabezados por el Daily News y el New York Post, desataron una ola de críticas al hasta entonces bautizado ‘Tom Terrific’ por su papel en uno de los mayores escándalos del deporte norteamericano.
El quaterback de New England es señalado por la Liga Nacional de Football (NLF) de ser cómplice de las personas dentro de su equipo que tenían a su cargo la manipulación de los balones usados en ese partido clave.
Jim McNally, responsable del vestuario de los árbitros en el estadio de los Patriots, y John Jastremski, un asistente encargado del equipo, “participaran en un esfuerzo deliberado por desinflar los balones de juego luego de que los mismos fueran examinados por los árbitros”, según el informe.
La investigación también asegura que es “más probable” que Brady tuviera un conocimiento general de las actividades inapropiadas de McNally y Jastremski sobre desinflar los balones.
“Tom Brady estaba como mínimo al corriente, de manera general, de las actividades inadecuadas de McNaclly y Jastremski”, según el informe del abogado Ted Wells, redactado después de cuatro meses de investigación y audiencias.
El ‘Deflategate’ (escándalo del desinflado) comenzó el 18 de enero sólo pocas horas después del final de conferencia y etapa previa al Superbowl, ganada por los Patriots a Indianapolis Colts (45-17) .
El partido se jugó bajo temperaturas congelantes, y los balones con menos aire de los Patriots le dieron a Brady una ventaja en el agarre, que facilitó su maniobrabilidad y dirección de los pases.
La NFL establece muy rápidamente que los balones de New England no estaban inflados de conformidad con el Reglamento (entre 12,5 y 13,5 libras, o bien entre 879 y 940 g/cm²) . Se sabe ahora que el iracundo entrenador de los Patriots, Bill Belichick, desconocía de la maniobra, y que al terminar el partido Jim McNally se encerró con los balones en un baño para volverles a poner la cantidad adecuada de aire. en la NFL