Los aficionados que buscaron un boleto para la fila de la Copa Libertadores en los exteriores del Municipio de Rumiñahui. Foto: Mauricio Bayas/ EL COMERCIO
En el pasaje peatonal Montúfar, en el cantón Rumiñahui, se alteró la cotidianidad. Este lunes 18 de julio el tradicional pasaje amaneció con filas de gente buscando un boleto para la final de la Copa Libertadores entre Independiente del Valle y Atlético Nacional, que se disputará el miércoles 20 de julio en el estadio Olímpico Atahualpa (19:45).
Javier López, artesano, contó que llegó a las 05:00 a guardar un puesto para adquirir cinco entradas. “Cuando llegué había gente durmiendo. Vendieron aquí para dar prioridad a la gente de Sangolquí, pero mucha gente vino de Quito y otras ciudades”.
La fila fue extensa. Desde la puerta del Municipio hasta el parque central. Entre ocho y 10 cuadras. Más de 2 000 personas estaban en la fila, según cálculos de los pobladores del sector.
Por la cantidad de gente se debieron colocar vallas. A pesar del control, por la cantidad de personas hubo conato de incidentes. Gritos, reclamos, empujones… Hubo de todo. “Estamos algunos policías, pero por la cantidad de gente es difícil controlar el orden”, manifestó un uniformado.
Desde las 10:00 se abrieron las ventanillas, pero la atención fue lenta. La venta fue regulada. Entre dos y cinco boletos por aficionado. Sin embargo, el sistema colapsó por momentos y eso retrasó el avance de la fila. Cerca de las 14:00 se conoció que ya no existían entradas.