En los pasillos de las habitaciones, el comedor, la cancha de la Casa de la Selección… hay fotografías de los festejos de los goles de Christian Benítez… Esas imágenes originaron que el recuerdo del ‘Chucho’ Benítez sea permanente. El cuerpo técnico de la Tri, los directivos y la administradora dudaron, por momentos, en mantenerlas.
Al principio había temor que el recuerdo de Benítez incidiera negativamente. Reinaldo Rueda y Carlos Velasco, entrenador y preparador físico de la Selección, en ese orden, hablaron con el psicólogo Orlando Caicedo muchas horas para encontrar el camino de revertir en el grupo, posivitamente el fallecimiento de Benítez.
Esta etapa fue la más compleja. El rendimiento futbolístico estaba en descenso, con las derrotas ante Alemania (4-2) y con Perú (1-0). La prueba de fuego fue el 12 de agosto, que se concentraron para enfrentar a España en Guayaquil.
Ese día en el Hotel Oro Verde el tema pasó inadvertido, pero Velasco y Rueda palparon que la estima del grupo era baja. Entonces se replantearon el plan trazado inicialmente, el mismo que lo iban a aplicar en la concentración en Quito.
Ya en la Casa de la Selección el mensaje de Rueda se resumió así: Hay que lavarse en la parte mental y anímica. Por el sueño de Christian (Benítez) tenemos que luchar y eso es ir al Mundial”.
En ese espacio se le dio libertad para que Alexander Domínguez con sus ocurrencias y sentido del humor la transmitiera a sus compañeros. Eso se decidió al observar que en las charlas teóricas los seleccionados (Pedro Quiñónez, Antonio Valencia, Jefferson Montero… ) lloraban al ver los videos donde aparecía Benítez. “Se les salían las lágrimas al ver correr a Christian”, reveló Reinaldo Rueda.
Agosto fue el mes más tenso para el cuerpo técnico. Ellos decidieron mantener los 70 minutos de charla teórica con el grupo de jugadores. Allí no volvieron a topar el tema del ‘Chucho’.
Antes de eso ya habían puesto a Pedro Quiñónez como compañero de habitación de Segundo Castillo. El mediocampista de Emelec compartió muchas concentraciones con Benítez.
En este período se mantuvo el orden establecido en las habitaciones. Antonio Valencia siguió con Jefferson Montero; Felipe Caicedo con Renato Ibarra... Aquí volvieron las sugerencias de los mismos futbolistas con quienes compartir las habitaciones. Pero este tema ya estaba resuelto por lo que se mantuvieron el orden de los primeros años de concentración.
La labor de Domínguez -sin que haya sido seleccionado por el cuerpo técnico- siguió. El golero de Liga les hacía bromas a sus compañeros. Les abría las puertas de las habitaciones, sin que ellos se percataran, les tapaba los ojos, les quitaba las sillas, les escondía accesorios, les hacía cosquillas… Esa actividad de ‘Dida’ cayó como “anillo al dedo”. Esa frase es de Carlos Velasco, preparador físico.
Domínguez suplió esa algarabía que caracterizaba a Benítez. A él se unieron Segundo Castillo, Walter Ayoví… Los que eran introvertidos pasaron a ser extrovertidos por momentos. Joao Rojas igualmente pasó a ser clave con sus ocurrencias y sus bromas.
La ayuda benéfica que hacía Benítez con sus familiares, amigos y fundaciones pasó a ser un ejemplo. Eso es lo único que se repitió del ‘Chucho’ en las concentraciones de los últimos meses. Los futbolistas cruzaron ideas para mantener a través de ellos esa labor que hacía Benítez de regalar electrodomésticos, juguetes (en diciembre) y “dar la mano a sus amigos”.
Pero además recibieron una recomendación de Rueda, resumida así: “cuídensen de los chupa sangre”. Esto se refería a personas que los buscaban solo por interés.
Más en pág. 10: las derrotas cambiaron la agenda de la Tri.
Ayuda a hijo de Chucho
Fabiano Benítez, hijo del ‘Chucho’, pasó a ser apadrinado por los seleccionados, después del fallecimiento del delantero.
Los jugadores le han hecho donaciones económicas y lo apoyarán en caso que quiera dedicarse al fútbol.
El hijo de Benítez estuvo con los seleccionados en la última concentración. Asimismo, durmió en la Casa de la Selección.
También harán gestiones ante organismos estatales para ayudar al niño, de 11 años.