Luis Ortiz (der.) y Freddy López integran la selección de fútbol que competirá en los Juegos de Estados Unidos. Foto: María Isabel Valarezo
Freddy López está contando los días para subirse en el avión y arribar a suelo estadounidense. Él es integrante de la selección ecuatoriana de fútbol de Olimpiadas Especiales.
El deportista, junto a otros 44 compañeros, viajará el próximo lunes a Los Ángeles para competir en los Juegos Mundiales, el certamen deportivo más importante de la temporada.En esa cita participarán cerca de 7 000 deportistas de 165 países y eso, precisamente, emociona a López, que prometió ayudar al equipo a conservar la medalla de oro conquistada en los Juegos de Grecia 2011.
López, quien tiene un 70% de discapacidad intelectual, asegura estar preparado, y Esteban Navarrete, entrenador del combinado tricolor, corrobora esa versión. Según él, los seleccionados de gimnasia rítmica, atletismo, baloncesto, fútbol unificado, levantamiento de potencia y natación están preparados para subir al podio después de cumplir con exigentes entrenamientos.
Desde inicios del año, los tricolores ensayan religiosamente todos los sábados y muchos de ellos, incluso, cumplieron con prácticas tres días a la semana. Desde ayer, en cambio, se concentran en Quito para ultimar detalles antes del viaje.
Dentro del grupo de 45 deportistas están seis futbolistas regulares, que integran las divisiones menores de Independiente del Valle. Ellos, precisamente, competirán junto a los deportistas de Olimpiadas Especiales en fútbol unificado. El reglamento pide que las selecciones de fútbol participen con seis deportistas con discapacidad y con cinco ‘regulares’. “Es inclusivo”, dijo Navarrete, DT de la selección desde el 2013.
Uno de los deportistas que se entrenó de forma regular hasta la semana pasada fue Kevin Manzano, nadador.
El seleccionado perfeccionó su técnica en la piscina del Colegio Montúfar, sur de Quito. A ese lugar, generalmente, llega acompañado por su madre desde hace tres años y medio.
“No falta nunca”, dijo el entrenador Cristian Lara, quien añadió que su pupilo es muy cumplido, que mejoró su técnica y que ahora es una de las esperanzas que tiene el país para conseguir oro en los 200 y 400 metros libres.
Antes de unirse a Olimpiadas Especiales, Manzano tenía falencias en los estilos: mariposa, espalda… “Ahora lo hace muy bien y es rápido”.
Manzano acude a esa piscina después de viajar en bus por cerca de una hora. Él vive en el valle de Los Chillos. López, en cambio, llega al parque de La Carolina tras cruzar la ciudad, pues vive en Calderón.
“Y lo hacen con gusto”, contó Navarrete, que asegura además que el entrenamiento mejoró el estilo de vida de los deportistas. Con él coincidió María Teresa Cañar, mamá de Maritza Ballesteros, de 38 años y madre de una joven de 18.
“Los sábados se levanta temprano para dejar todo listo y poder asistir a sus prácticas”.
Ballesteros dice que el deporte la hace feliz y que ese tiempo no lo cambia por nada.
Es la primera vez que viajará fuera del país y eso la emociona. Al igual que sus compañeros, ella cuenta los días para presenciar la inauguración de los Juegos, el 25 de julio.
Los deportistas de Olimpiadas cumplieron siete microciclos antes de viajar a los Juegos Mundiales. Ellos trabajaron en las instalaciones de la Escuela de la Policía, en Quito.
La preselección se realizó en noviembre, durante los Juegos Nacionales.