Luis Fernando Saritama dijo la semana anterior que el peor error de su carrera fue salir de Deportivo Quito. No es así. Su peor error deportivo, el más craso, fue irse a México cuando quizás debió esperar un poco, pues estaba predestinado a triunfar con los chullas.
Y así fue, triunfó e hizo historia con la azulgrana, aunque ahora sus tres títulos y su correcto paso por la Selección de Rueda no son valorados en su justa dimensión.Pasar por América solo encareció el valor de contratar a Saritama en Ecuador, algo que únicamente el inflacionado Deportivo Quito estaba dispuesto a costear en esos delirantes años en que la dirigencia chulla estaba armando (¿endeudando?) el superequipo que dominó el fútbol nacional por cinco años. Por eso el ‘Sari’ se convirtió en un jugador de lujo y su precio resaltaba más que sus virtudes deportivas.
Salir del Quito no fue una equivocación, ¡debía retirarse pues la crisis financiera ya era notable en Carcelén!; pero sí lo fue elegir a la decadente Liga de Edgardo Bauza y al desconcertado Barcelona de Carlos Ischia como sus destinos.
En teoría, sonaba bien jugar en esos equipos, grandes y populares, y Saritama necesitaba un plantel de nivel para seguir aspirando a la Tricolor; pero en realidad ni el ‘Patón’ ni luego el ‘Pelado’ supieron explotar a Saritama en su justa dimensión.
En realidad, Saritama fue desaprovechado. Aunque llevaba el 10 en el dorsal, se trataba de un disciplinado polifuncional que podía jugar de 5, mixto, del clásico armador y hasta de delantero, según las necesidades. Y tanto Bauza como Ischia fueron entrenadores desastrosos, superados y anodinos, sumamente lejos de aquellos que en primera instancia triunfaron en Liga y el Quito.
Saritama fue su chivo expiatorio. Hoy que es libre, Saritama tiene una nueva oportunidad de escoger bien su destino.