El número 25 de Liga de Quito, Antonio Valencia, fue ovacionado la noche de este 7 de diciembre del 2019 tras el partido ante Aucas. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
A los 88 minutos de juego, Antonio Valencia fue reemplazado por Andrés Chicaiza. La serie de Liga ante Aucas estaba prácticamente definida y el cuerpo técnico albo decidió cuidar a su mejor talento, consciente de la cercanía de la primera final ante Delfín y de la pierna fuerte que aplicaban los jugadores de Aucas en los últimos minutos.
Valencia quiso salir por la mitad de la cancha, pero sintió en su pecho la mano del árbitro José Luis Espinel, que le enseñó el camino más corto: entonces desde los cuatro costados de la cancha sobrevino la ovación para el exjugador del Manchester United, tan necesitado de cariño y mimos, tras meses repletos de críticas feroces en las redes sociales por su participación en el polémico caso del piso 17 con la Selección ecuatoriana.
Valencia, histórico jugador de 34 años, se conmovió ante los aplausos y devolvió las palmas a la afición . Se tocó el pecho y avanzó hasta la banca de suplentes. La televisión dueña de los derechos lo designó como la figura de la cancha. Al final compartió abrazos con Jhon Espinoza y Fernando Fernández, rivales en la cancha.