Desde la izq.: los montañistas Romel Sandoval, Cristian Criollo, Mario Ochoa, Nicolás Miranda y Pablo Chiquisa. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
Los andinistas ecuatorianos que acudirán en febrero al Aconcagua, para intentar dos récords mundiales en la montaña más alta de América, también son parte de la primera expedición científica que buscará datos sobre la adaptación fisiológica de los deportistas en la altura.
En Latinoamérica existen pocos estudios realizados, afirma el médico Mario Ochoa, pero ninguno se ha hecho por encima de
4 500 metros de altura sobre el nivel del mar. El Aconcagua, en Argentina, se eleva a 6 962 metros y allí Nicolás Miranda intentará el récord de velocidad (speedclimbing) al subir por una vía y luego bajar por otra en un recorrido a pie de unos 100 kilómetros.
Por si fuera poco, Daniela Calapiña, de 15 años, quiere convertirse en la mujer más joven y rápida en llegar a esa emblemática cumbre.
Los aventureros que participan de este reto pertenecen al grupo Ecuador más cerca del sol y tienen previsto viajar el 4 de febrero. Entre los días 8 y 9 realizarán el primer intento de llegar a la cima con la adolescente que ya ha impuesto otras marcas como subir con 14 años al Chimborazo, entre otras.
Miranda, de 39 años, tiene planificado lanzarse a su travesía el día 14 de febrero. Si todo sale como el aventurero se espera completará el trayecto en unas 24 horas. Ellos retornarán al país el día 22.
Mientras se intenten ambos desafíos el médico Ochoa tomará muestras de sangre de todos los integrantes del equipo para determinar cómo funciona el organismo en esas condiciones extremas de cansancio y frío, donde hay menos oxígeno. Él ya ha realizado evaluaciones similares con estos andinistas, en Perú y en Ecuador, pero no a casi 7 000 metros.
El grupo está integrado también por Romel Sandoval, Cristian Criollo, Pablo Chiquisa y Manuel Calapiña, padre de Daniela.
“Esta idea nació como una investigación para ver los alcances del montañista ecuatoriano. Casi siempre se ha entrenado de materia empírica por lo que será un gran aporte conocer los cambios fisiológicos en la altura, qué ocurre con el cuerpo, el corazón”, explica Sandoval, guía de 44 años, quien es el jefe de la expedición.
Ochoa, quien subirá junto con Daniela hasta la cima, asegura sentirse agradecido con estos deportistas que le “han prestado sus cuerpos y sus vidas para la ciencia”.
“Vivimos en la altura ya algunas generaciones… Al ser latinos, nuestro mestizaje nos ha permitido tener un sistema inmunológico y una recuperación que no tiene un extranjero, como un caucásico, un ruso, un alemán… Falta mucho por investigar y saber por qué somos así”, explica el médico especializado en deporte.
La velocidad en la altura
Para ‘correr’ en las montañas Miranda se “ha preparado toda la vida”. Es así que buscar récords de velocidad ha sido la consecuencia de ir asumiendo retos cada vez más fuertes a lo largo de dos décadas en los páramos y en los nevados.
“La montaña es para ir y disfrutar, pero cada persona lo hace a su manera. Para nosotros, subir rápido es lo que más nos gusta”, explica el quiteño que también comparte sus proyectos deportivos con Karl Egloff.
Egloff, también guía de montaña, fue noticia en el mundo cuando superó las marcas de velocidad que tenía el afamado Kilian Jornet en el Kilimanjaro (África) y en el Aconcagua.
“Como equipo Ecuador más cerca del sol, este es el inicio de nuevos proyectos, para seguir buscando marcas en otros países y continuar con los estudios fisiológicos”, complementa Miranda.