Varios temas se han planteado por parte de la ciudadanía, pero en mi modesta opinión toda la atención debería centrarse en la eliminación del famoso Consejo de Participación Ciudadana y (supuesto) Control Social, porque de él se han derivado todos los males que vive el país, al permitir “teóricamente” que la ciudadanía participe en el proceso de designación de 14 autoridades claves en ternas y otras por concursos.
Sin embargo, la realidad es que el mencionado Organismo siempre escogió para la integración de las comisiones encargadas de calificar a los candidatos, personas vinculadas al Gobierno, aplicando los más diversos criterios para descalificar a los otros interesados. Ahí nace la concentración de poder que, solo en las dictaduras ha sido superior, dada la fidelidad inevitable de los escogidos con quienes les escogieron.
Siempre se ha justificado, manifestando que el procedimiento es más transparente que la selección que ayer la hacía el Congreso, criticando que antes simplemente se repartían los cargos, hoy se “califican” a los candidatos, olvidando que, al menos anteriormente, se repartían los puestos entre todos los partidos; hoy, en cambio, el partido único se lleva todos. ¿será más democrático que aquello?