Por la presente debo rectificar una imprecisión cometida en la columna La Vicepresidencia, publicada ayer, en la cual, al referirme a Alberto Dahik, escribí que ‘se fue al exilio tras ser censurado’. En efecto se instauró un juicio político en su contra en el Congreso pero no fue censurado. Como producto del juicio penal el vicepresidente Dahik renunció y se marchó a Costa Rica, que le otorgó asilo. Allí vivió durante muchos años.
Presento disculpas a los lectores y al ex vicepresidente aludido.