Con el fin de evitar medidas improvisadas en los despidos de funcionarios, empleados de salud, profesores y empleados de empresas públicas, como también las obras inconclusas que encontramos en el plano de la educación; centrales eléctricas en deterioro, por estar a medio construir y otras con fallas que necesitan inmediata reparación; carreteras retrasadas en su ejecución, que requieren correctivos parciales para evitar deterioro, en vista de que no hay dinero, para su total ejecución; hospitales y centros médicos; el desabastecimiento de equipos médicos y medicinas, a lo largo y ancho de nuestro territorio, sin contar con el descuido de canchas y escenarios de preparación deportiva; se requiere de atención inmediata que puede ser canalizada a través de cuentas y estructuras de provisión, que en forma gradual, vayan acumulando materiales y fondos para amortiguar un desajuste en los presupuestos, al ejecutar estos cambios emergentes.
Lo ideal es que cada entidad pública o ministerio, en las obras que le competen, considere dentro de su presupuesto un plan de acción, con el fin de ir remediando con el ajuste de los fondos provisionados.
La creación de un esquema de provisión suministrará los medios adicionales que permitirán que el flujo asignado al presupuesto no se altere y se siga con los trabajos planificados, obteniendo un mayor beneficio al rehabilitar las obras estancadas.