Inglaterra ha dejado claro que no va a intervenir la Embajada ecuatoriana en Londres; Suecia, el primer país del mundo en respeto a los DerechosHumanos, ha hecho lo propio en cuanto a que no hay bases legales para extraditar a un tercer país (Estados Unidos) a Assange. Ha repetido hasta el cansancio que no hay causas iniciadas en contra del ‘hacker’ australiano. Ante toda esta evidencia, nuestro Gobierno persiste en mantener latente el conflicto, con un sinnúmero de declaraciones agresivas, resoluciones asambleísticas y convocatorias internacionales a los clubes de amigos de la Alba y Unasur, ¿Con qué fin?
Todavía recordamos cómo mantuvieron vivo el conflicto por el bombardeo de Angostura mientras les servía en las sucesivas campañas políticas que se dieron en la época, para acto seguido, sin más ni más, olvidarse del asunto, ordenar que se archiven los juicios contra las autoridades colombianas y normalizar las relaciones. Todo esto nos lleva a pensar que se repetirá el mismo libreto ahora que se inicia la carrera por la reelección a la Presidencia, desviando al mismo tiempo la atención sobre graves casos de corrupción.