Una crítica y elocuente fotografía en este Diario nos muestra a un hombre y un niño orinando contra una pared patrimonial del Centro Histórico , sin embargo apreciamos también que la razón de este atentado contra la urbanidad está en la puerta cerrada del servicio higiénico público a pocos pasos del hecho. Creo que una campaña de urbanidad con la caricatura de un dibujo animado es insuficiente ya que como bien lo menciona el Editorial la campaña debe ser una acción ciudadana integral para desterrar malas costumbres y que eduque a ser más amables y generosos para brindar un servicio básico para la ciudadanía y turistas, especialmente de la tercera edad ,con problemas de incontinencia urinaria y salud.
Para eso la Alcaldía debe emitir una ordenanza con carácter obligatorio para que los estacionamientos vehiculares, restaurantes, salones y negocios varios dispongan de un baño para el turista y usuario y brindar una buena imagen a la ciudad capital.
Basta con visitar el estacionamiento vehicular a la entrada del Centro Histórico en San Blas para que nos llevemos la desagradable y fatal noticia de que no disponen de baños ni para el usuario. La Alcaldía tiene la permanente tarea de fomentar la promoción y servicio que atraigan al turismo y no se lo ahuyente por nuestra mala costumbres de no prestar el baño.