La presentación cotidiana de los miembros del Consejo Electoral para decirnos que se aprobaron las candidaturas, que las impugnaron, que se apelan los procedimientos y que hay 10, 18, ahora 14 candidaturas presidenciales, parece una pesada comedia de mal gusto.
Hay que cambiar la ley electoral. Los prófugos no pueden ser candidato ni, aunque se quieran inscribir virtualmente. Los portadores de grilletes no deben estar en las papeletas. Los políticos sin partidos o los que asoman en la lista con otros membretes y cambian de camiseta sin pudor deben ser puestos en vereda.
Los 280 partidos y movimientos son una burla. Una campaña ridícula pagada con el dinero del pueblo. Hay que cambiar la norma y borrar para siempre del registro a los partidos con firmas falsas y sin votos.
Ojalá esta vez votemos de modo consiente por candidatos preparados, honrados y con ideas claras. Lo contrario será hundirnos otra vez en las garras de la corrupción. La democracia está en juego y con ella, el futuro del país y su viabilidad política. Por favor.