El monigote de año viejo que confeccionábamos con zapatos y ropa usados, rellenos de aserrín, con careta de cartón y barbas de algodón que costaba un sucre; así como las viudas y la lectura del testamento son historia. Era el tiempo de las galladas del barrio, conjunto de muchachos.
En la década del 60 aparecen personajes políticos representados por monigotes. Se criticaba la falta de servicios públicos, la corrupción estatal, se ensalzaba al equipo campeón de fútbol.
A partir de 1994, la calle 6 de Marzo, en Guayaquil, es el espacio para confeccionar y vender monigotes. Familias trabajan en la creación de muñecos de políticos, deportistas del año que se volvieron famosos, cómics, estrellas de Hollywood…en talleres artesanales, patios de las casas, aceras.
La quema de los monigotes el 31 de diciembre a las 00:00 es una tradición arraigada; lenguas de fuego iluminan la ciudad, la temperatura sube, el estruendo de las camaretas ensordece…se quema lo malo del año viejo con la esperanza de que el año nuevo traerá prosperidad.