Los maestros que nos acogimos a la jubilación en los años antes mencionados solicitamos al gobierno actual, en especial al Sr. Presidente de la República, conocedores de su calidad humana en favor de las personas que más lo necesitan como los maestros adultos mayores y a los ministros de Educación y Finanzas, se sirvan dar solución al cumplimiento del incentivo económico. Por haber dedicado entre 30 y 40 años a la ardua y sacrificada labor educativa en bien de la niñez y juventud. Debo hacer conocer mi caso: Sr. Presidente, fui docente del Colegio Experimental “Amazonas” de Quito a pesar de haber nacido con una capacidad especial (congénita) superé toda adversidad y logré el anhelo de graduarme de Lcdo. en la especialización de Biología Y CC.NN. Con el fin de servir a la sociedad, mi esfuerzo y dedicación no ha sido aún compensado con el reconocimiento o incentivo económico que me pertenece, han pasado 10 largos años de nuestra jubilación a la espera de que nuestro sacrificio y trabajo sea recompensado.