Desde hace años, la ciudadanía ha clamado por que se controle las altas velocidades a las que conducen los choferes del carril exclusivo del Metrobús.
Jamás se ha hecho nada para remediar esos abusos. Como de costumbre, únicamente cuando se producen tragedias como la de la noche del jueves 29 de septiembre, salieron las autoridades, con el Alcalde a la cabeza, para lamentarse de lo sucedido: tres muertos, varios heridos, choferes fugados y miles de dólares en pérdidas.
La famosa licencia por puntos no ha servido de nada, hay sacrificados de la clase del volante que siguen conduciendo a pesar de haber perdido todo su puntaje. No lo digo yo. Hay reportajes de televisión que lo demuestran. La ley está pero no hay quién la aplique. Los policías se han convertido en mirones de palo que se limitan a cazar a los infractores que no respetan el horario del pico y placa o a los que se estacionan en donde no deben. Los choferes siguen con su licencia para matar y, como se sienten intocables, nos tienen en la más absoluta indefensión.