Difundir en Ecuador la verdad hoy tiene peligros y consecuencias funestas para sus voceros. Aquí 3 perlas que lo confirman:
1. El coronel Carrión dijo a CNN: “No hubo secuestro en el hospital”. Enjuiciado y dado de baja pese a que se demostró su inocencia. Su pecado: “ Decir la verdad”.
2. Emilio Palacios en su artículo ‘No mas mentiras’. Hoy condenado a prisión y una multa millonaria. Su pecado: “Decir la verdad”.
3. La jueza abogada María Leonor Jiménez de Viteri, presidenta de la Corte de Justicia de Guayaquil al calificar al Juez Juan Paredes de ‘Juez Golondrina’. Hoy destituida.
Su pecado: “Decir la Verdad”.
Tres claras demostraciones de las terribles consecuencias del matrimonio entre el Poder y la Justicia. Siempre perdiendo la segunda.
Extinta en Ecuador la justicia solo hay tres caminos:
Para los muy pacientes acudir a la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos CIDH y esperar recibir desde otros países un justo juicio . Para los que tenemos fe, esperar que se haga justicia divina.
La tercera opción espero que no se aplique ya que en Ecuador abundan históricamente los casos de justicia por mano propia, en especial contra el poder.