La vida afectiva de las personas está marcada por las emociones que se presentan de forma súbita e intensa de agrado o desagrado, evento en el que interviene todo el organismo humano. Los sentimientos son fenómenos afectivos de agrado o desagrado que se realizan de una forma duradera y poco intensa, son los que caracterizan a los seres humanos y pueden ser de bondad, piedad, amor y odio, además son éticos, estéticos, religiosos y políticos.
La pasión se caracteriza por ser afectivamente más intensa y de larga duración, pasión significa padecer o ser afectado, es la reacción que antecede al deseo que atrae al hombre para hacer el bien o el mal, las pasiones relacionadas con el amor y el odio son las que causan placer o dolor y tienen que ver con nuestra existencia.
El cuerpo humano es el centro de la vida cognoscitiva, afectiva y de influencia de los humores sobre el cerebro, de la voluntad surge el valor, heroísmo, riesgo, valentía, fortaleza o la generosidad de toda persona.
Las pasiones son buenas cuando se sabe dominarlas y se actúa con ideas claras y apropiadas. Un pueblo que entiende sus emociones, sentimientos y pasiones está en condiciones de obrar con independencia, sabe lo que significa la humildad, la soberbia, el temor, la mentira y el odio, deja de ser esclavo, entiende el significado de libertad, sabe elegir, es protagonista y no cae en las contradicciones de salvadores, mitómanos y políticos que sintiéndose indispensables buscan desesperadamente repetir el “carguito”.
El control del Estado sobre la economía, la pérdida de las libertades civiles y políticas, las firmas falsificadas en el Consejo Electoral que supervisará la campaña electoral y contará los votos es la más grande obra de los irreemplazables.