Según se publicó en el Diario, meses después de la muerte de los dos menores que cayeron de un avión en ascenso en el Aeropuerto de Guayaquil, la Dirección de Aviación Civil entregó un informe indicando que el hecho no se pudo suscitar sin colaboración de personal del aeropuerto o la aerolínea.
Entiendo que el aeropuerto y la aerolínea sólo son ejecutores de los planes estatales de seguridad, en circunstancias ordinarias de la operación, garantizando la integridad de los pasajeros que acceden a sus servicios por canales regulares, se someten a los filtros de seguridad y a los procedimientos establecidos por la misma DAC. Me queda la duda si la concesión entregada convierte a la concesionaria o a la aerolínea en policía aeroportuaria, pues las observaciones que aparecieron en los medios y en twitter más parecen una evasión de responsabilidad por parte del organismo estatal y de la fuerza pública, que son los llamados a realizar las labores preventivas de seguridad, más aún en este caso en que el acceso al aeropuerto se hizo mediante un delito.