Desconozco cuáles son los parámetros para calificar a los héroes. Hay tantas proezas diarias y desconocidas que bien podrían ser calificadas como actos heroicos: los inmigrantes, los policías, los maestros rurales, los médicos, los padres de familia (los pobres, especialmente). Este país va a llenarse de héroes y heroínas. ¿Pero acaso cada quién no elegimos profesiones en donde nos prometimos dar lo mejor de sí? ¿Incluso la vida? ¿Y no nos han pagado para cumplir esas misiones? Sé que habrá duras réplicas a este comentario, pero es hora de
dejar de ser tan paternalistas y curar nuestras malas conciencias con estas santificaciones. Diera la impresión de que este Gobierno solo hallara héroes en las FF.AA. No entiendo a qué se refiere el señor Presidente al hablar de “más allá del deber”, porque toda profesión por más sencilla que sea implica honor y desprendimiento sin esperar recompensas.
Y en lo del Aeropuerto, me sumo a que deba seguir llamándose Antonio José de Sucre. Como somos un país ingrato y desmemoriado, hemos olvidado la historia al desconocer el amor que este héroe dedicó a nuestra ciudad. Hemos caído en el juego de las encuestas, que no son más que la incapacidad para aprender a decidir sin necesidad de este lavatorio de manos. Lo que se pretende es poner algún nombre afín a la revolución ciudadana.