¿Es que no tenemos suficientes medios para la formación de especialistas? ¿Es que hay celo profesional que impide que exista más competencia? ¿Es que tenemos que enviar a los estudiantes fuera del país y perder muchos recursos valiosos humanos y económicos? Hay la suficiente capacidad para formar especialista pero la inequidad e injusticia a que se ven abocados lo profesionales que salen de nuestras aulas universitarias que optan por viajar a prepararse en el exterior con un incierto retorno.
Digo inequidad e injusticia porque, ¿cómo pueden competir ante los posgrados que se inician si solamente hay plazas para un oftalmólogo, o dos endocrinólogos, o dos neurólogos y ganan misteriosamente las plazas los familiares o hijos de los profesionales de dichas especialidades? Es hora de que las universidades y el ministerio de salud tomen en cuenta la morbimortalidad y sus estadísticas para formar suficientes especialistas de acuerdo con estadísticas sanitarias.