¡De verdad, es increíble cómo no les importa su vida! Mientras me tomaba mi café nocturno y miraba las noticias, salió: Fiesta clandestina fue suspendida en Quito, en realidad escuchar este tipo de cosas ya es algo normal, pero cuando escuché el número de personas que se encontraban ahí, mi cara cambió completamente, “más de 160 personas”.
Si uno se pone nervioso con tan solo salir a un restaurante porque no sabes el convivir de las personas que te atienden, no encuentro la magnitud de la indiferencia que tuvieron estas personas para exponerse de semejante manera, es lamentable y egoísta; con suerte llegarán a casa, pero con la incertidumbre de la posible sorpresa que les estará esperando en un par de semanas.