Una vez concluido el proceso electoral y con datos entre oficiales y estimados, Ud. tuvo algunas intervenciones con los medios de comunicación y en los cuales pude apreciar y valorar: su hombría de bien, postura clara y frontal, metas y objetivos definidos, deseo de servicio y solidaridad. Ud. no perdió las elecciones (numéricamente si) perdió la ciudad, el habitante de la capital. Claro que existieron errores, medidas sin estudio, descoordinaciones.
Pero la inmadurez política, la insensibilidad social, la ingratitud humana, la inconsistencia de criterio dio la posta a un advenedizo, a un postulante con fines figurativos y oportunistas. Utilizará al Municipio, a la ciudad y al habitante quiteño para estructurar su plataforma con beneficio futurista en lo personal, partidista y de grupo; sin concebir la verdadera dimensión de lo que es dirigir, administrar y servir a la ciudad Patrimonio de la Humanidad.