Hay varios derechos ciudadanos que hoy mismo se hallan en entredicho -por decir lo menos- con el actual Presidente, como son: el derecho a vivir pacíficamente, sin insultos, sin ofensas, sin burlas, sin ataques feroces a quien piensa u opina diferente. Igual viene dándose con el derecho de poder acceder a un trabajo estable en oficinas o entidades públicas; trabajos en los que se está dando total prioridad a aspirantes que son partidarios o afines al Gobierno, y ¿qué pasa entonces con el resto de los mortales que también aspiran vehementemente a conseguir un empleo? Igual ocurre con el derecho que todos tenemos de ir madurando nuestra propia libertad, lo cual hay que entenderlo, como el derecho inalienable que debería existir en el país para poder acceder a la búsqueda y al conocimiento cabal de la verdad y la transparencia, y de ninguna manera del engaño y la mentira, como malhadadamente ha ocurrido con una serie de casos puntuales que se han venido dando últimamente.