La reacción del Ministerio de Salud Pública (MSP) a mi artículo debió manifestarse en un foro académico convocado para tal fin. Ello no obstante, la aclaración del MSP, para consumo de quienes leen EL COMERCIO, proporciona datos que no apuntan a lo medular del Programa de Tamización del Hipertiroidismo Neonatal. Lo mínimo que era de esperarse es que se señale la prevalencia de hipotiroidismo neonatal en los niños tamizados, considerando que en los países que gozan de un consumo normal de yodo y su nutrición es satisfactoria va de 1 por 2500-3500. Que en tal prevalencia se incluyen los niños que fueron tamizados por primera vez y aquellos sospechosos a quienes se les realizó una segunda determinación y para ello hubo necesidad de localizarlos. ¿Fueron excluidos los niños prematuros y luego de qué tiempo de nacidos se realizó la determinación hormonal? En países como el nuestro, se impone dividir a la población tamizada en urbana y rural. Son las comunidades campesinas indígenas, como las del Chimborazo, las peor nutridas y alimentadas, a más de que en las de altitud aún se consume sal en grano sin yodo para cocer los alimentos. Cuando se da la concurrencia entre deficiencia de yodo y malnutri- ción se dispara la prevalencia de hipotiroidismo neonatal. Cabe, como en los países civilizados, que a todo niño tamizado se le proporcione un documento con firma y sello de responsabilidad, con el cual se certifica que es normal. Al presente es el silencio el que certifica.
Un misterio que está por ser dilucidado es que “para el año 2012 (se llegó) a un 113% (!) de cobertura de tamizados del total nacimientos MSP”.