En EL COMERCIO del sábado 23 de enero, he leído que los miembros de la Comisión Nacional Anticorrupción, concurrieron a una de las dependencias de la función judicial, para darse por citados frente a los juicios puestos por el Vicepresidente de la República, a través del Ministro de Energía.
jValiente actitud de quienes no deben ni temen! Dicha información pone al descubierto que los miembros de la Comisión han sido demandados por montos increíbles. En unos casos deberían pagar tres millones de dólares y en otros alrededor de un millón de dólares. Es decir, hay comisionados que son demandados por cuatro millones de dólares por el solo hecho de cumplir con su deber ciudadano de denunciar anomalías en los contratos públicos.
En vez de responder sobre el sobreprecio de Manduriacu, los entes oficiales han tomado el atajo de la persecución y el amedrentamiento, lo cual indigna a la ciudadanía porque es evidente que los problemas de fondo no han sido contestados por el régimen. La fiscalización es necesaria porque así podremos advertir la realidad de un país que no solo no tiene dinero por la caída de los precios del petróleo, sino porque parecería que sus recursos fueron mal usados.