“Por un puñado de dólares”, título grotesco que utiliza el articulista para poner de manifiesto su animadversión hacia los jueces; ahora en contra del Dr. Roberto Caldas, Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que por el solo hecho de opinar en favor de la justicia ecuatoriana y no compartir su criterio “omnímodo”, desata sus bajas pasiones en contra del Ilustre visitante. Me pregunto qué de malo hay en reconocer las reformas dadas con el fin de fortalecer el sistema de justicia en el Ecuador, acorde a lo que la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos, sustentada en los Principios Básicos de las Naciones Unidas relativos a la independencia de la Judicatura, resolvió el 23 de agosto de 2013, en la causa “Quintana Coello y otros vs. Ecuador”, o desconoce que en la actualidad los jueces del Ecuador, somos el resultado de un proceso de selección que entraña capacitación, concurso de méritos y oposición y de un proceso de selección que entraña capacitación, concurso de méritos y oposición y sobre todo la impugnación ciudadana, somos constantemente evaluados y a excepción de los jueces de la Corte Nacional, gozamos de inamovilidad, excepto por el cometimiento de faltas de disciplina graves, se ha creado una carrera judicial, aspiración y motivo de lucha de los judiciales; principios que garantizan el desempeño independiente de los jueces sobre la base de la Constitución, los Instrumentos Internacionales y las leyes; por lo que, de existir casos aislados de injerencia, los responsables deben ser expuestos y sancionados, pero jamás generalizar, pues la mayoría somos jueces dignos.
Por último, el articulista con este comentario parece que se ancló en el tiempo o añora las viejas prácticas donde se nombraba jueces a dedo.