No van a disfrutar ni de su trono ni de su poder
Fernando Savater en “Ética para Amador”, die que los poderosos, para llegar al trono, no escatiman ningún esfuerzo, sea bueno o malo, lo importante es llegar, de ahí que, el indígena Iza no tiene reparos en conservar su poder y su dinero, incluso obedeciendo a otro inconsciente a quien idolatra y consiente sus malignos e inmorales intereses. Dice Savater que estos mal hechores no han sido y posiblemente no serán castigados por la justicia de los hombres ni de Dios, quien no va a perder el tiempo enviándoles al fuego eterno, porque ellos ya están ahí, y saben porque insiste Savater, porque “al actuar mal y darse cuenta de ello, comprenden que ya están siendo castigados, que se han estropeado a ellos mismos voluntariamente.” Por eso, cuando saben que han hecho algo vergonzoso, procuran asegurar que no tuvieron otro remedio que obrar así, que no pudieron elegir: “yo cumplí ordenes de mis superiores” y más justificativos impropios. Estos individuos son libres para atribuirse el mérito de lo que logran pero prefieren confesarse esclavos de las circunstancias, cuando sus actos no son precisamente gloriosos. Don Leonidas, ¿qué herencia les va a dejar a sus hijos y al pueblo que traiciona?, no será que ellos en algún momento se darán cuenta que “no existe bestia más peligrosa en el mundo que un ignorante con poder”.
Efraín Flores Batallas
¿A qué juega la Asamblea?
Es paradójico, y vergonzoso a la vez, constatar que mientras en otros países sus parlamentarios se esfuerzan por mantener una democracia plena, en el nuestro, la mayoría de asambleístas se dedican a conspirar a tiempo completo contra la integridad de la nación, en lugar de legislar y fiscalizar, como debería ser.
Sin embargo, fueron muy diligentes a la hora de procesar el indulto para Iza y sus secuaces, librándoles de ser juzgados e ir a prisión por los delitos cometidos ante los ojos del país, y de la reparación de los daños causados, lo cual hubiera evitado que hoy nuevamente atenten contra la paz de todos.
En el recinto legislativo, se atrincheran -con pocas excepciones- los adalides de la infamia, aupados por el prófugo del ático que, en complot con los bien identificados politiqueros sediciosos, amenazan con destituir al presidente Lasso, anunciando una marcha cuyo velado objetivo es tomarse el poder y hacer tabla rasa de todo lo logrado por el Gobierno actual, y especialmente para meterle mano a la justicia y conseguir la impunidad a sus execrables delitos.
Y, ¡lo que faltaba!, los actuales directivos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, otrora un espacio de respetables intelectuales que cumplían estrictamente con labores culturales, ahora la ofrecen para actividades ajenas a los objetivos para los que fue creada, como ya sucedió en los intentos golpistas anteriores.
Leonardo Cueva Piedra