La conducta de Assange asilado en la Embajada del Ecuador en el Reino Unido ha sobrepasado todos los límites.
Medió en la campaña estadunidense en contra de Hillary Clinton; irrespetó al candidato presidencial Guillermo Lasso, también al actual presidente Lenín Moreno, ahora interviene abiertamente en favor del intento de independencia de Cataluña y el 9 de noviembre acaba de reunirse por cuatro horas con un alto emisario independentista en nuestra Embajada.
Existen normas implícitas que el asilado debe cumplir, entre ellas, no intervenir en asuntos internos de terceros países que afecten su relación bilateral con el Ecuador. Es el caso de España. Y así deseamos que España sea nuestro buen oficiante ante la UE. El presidente Moreno, por dignidad y respetabilidad nacionales, debe levantar ya el asilo diplomático concedido a Assange. No es posible, de paso, que por este caso y otros, como el de su posición sobre Venezuela, el frente externo se transforme en enemigo de nuestro frente interno, al punto de ser un factor capaz de erosionar seriamente la consulta popular. ¡Es demencial!