Asco es la sensación que tenemos al contacto con algo fétido, nauseabundo. Pero también ciertas acciones humanas producen la misma sensación. Cuando un Primer Mandatario tiene la buena fortuna de ganar un juicio por influencias o no, recibiendo USD 600 000 por una querella de USD 160; eso en nuestro país es increíble y un verdadero milagro. Pero lo asquiento no es otra cosa sino lo que viene luego, ya que buena parte de este dinero fue transferido al exterior. Qué mal ejemplo para los emigrados, ¿se estimulará con esto su regreso? ¿Esto no será ejemplo de vende patrias como este Gobierno nos decía en su inicio? ¿Ya no existe gente de bien como en tiempos de mi abuelo? Él, lo que tuvo demás, lo obsequió para crear un colegio en Santo Domingo de los Colorados que lleva su nombre. Los funcionarios públicos deberían permanecer en el país por honradez, por ética, como hombres de bien y no porque una ley los obligue.