La muerte física de Gabriel García Márquez -Premio Nobel de Literatura, 1982-, dejó a Colombia, México, Latinoamérica y al mundo de las letras, en “Cien años de soledad” como lo dijo el presidente colombiano Juan Manuel Santos, en alusión a su obra maestra. El “Gabo”, “Gabito”, fue escritor y periodista de lujo, de gran talento y extraordinario talante. Varios escritores influyeron en el novelista ilustre y erudito; pero fue su abuela materna -en Aracataca, cuando era niño- quien le narraba historietas y cuentos que calaron para siempre en ese genio, orgullo de América Latina y del mundo. Su pluma inteligente y lúcida; maestro en el manejo de las figuras literarias; rebelde con causa y motivo; de pensamiento socialista; humanista a tiempo completo. García Márquez seguirá viviendo en la juventud.