La Universidad Central denuncia que existen cerca de 800 profesores que deben dejar su trabajo, por no tener el PhD.
Cuántos maestros “descartados” de los demás centros de enseñanza superior suman en total? Qué sucederá cuando falten los catedráticos, al haber hecho a un lado a los “viejos educadores” como si la veteranía fuera un defecto en vez de una virtud en materia académica? Qué hará el Gobierno para suplir el hueco creado por una medida sumaria y abusiva? Traer profesores cubanos y venezolanos, como sustitutos de los nacionales, como han hecho ya para llenar las plazas de más profesionales ‘veteranos’ desplazados del sector público, como los médicos? Desde cuándo es un ‘avance’ echar por la borda la experiencia, como si fuera algo obsoleto, inútil, arcaico, fuera de moda? René Ramírez -del Senescyt- acusa a los profesores perjudicados de “propaganda política” sin considerar uno a uno, individualmente, sus palmarés, talento y trayectoria profesionales.