Aunque todavía no se debaten los detalles de las reformas laborales y tributarias que el Gobierno presenta a la Asamblea (no se ha dicho nada aún de las reformas monetarias), en la perspectiva de salir del estancamiento económico, estas no son suficientes. Además, si bien se han retirado los subsidios a las gasolinas extra y ecopaís, así como al diésel, tampoco esto es suficiente para superar los serios problemas del déficit fiscal del país.
De acuerdo con los agencia calificadora Moody’s, si bien las decisiones tomadas por el Ejecutivo son necesarias, “aún son insuficientes para asegurar la sostenibilidad fiscal si la economía no logra encontrar nuevos motores de crecimiento”. Y es cierto, en la medida en que no se logran corregir los problemas derivados del elevado gasto público; un ámbito en el que todavía no se toman decisiones. Por ejemplo, la gestión en las empresas públicas. Las pérdidas se acumulan, suben los gastos y no pasa nada.
La intención de aplicar un plan de perfeccionamiento (que incluía opciones de venta, fusiones, reestructuraciones y hasta cierres), la anunció el Gobierno en el 2017. Han transcurrido dos años y, ¿los resultados?
Este año prácticamente está cerrado y lo que resta ahora es proyectar y planificar cómo evitar que las dificultades económicas se agudicen en el 2020, derivado del cumplimiento de los compromisos de la deuda.
En esa perspectiva de saber cómo afrontar los retos del próximo año, un aspecto clave se derivará de la proyección de ingresos y gastos en la Proforma, tomando en cuenta que la eliminación de los subsidios a las gasolinas representará un mayor ahorro. Pero también se espera un mayor protagonismo del sector privado, ya que los cambios tributarios propuestos apuntan a estimular la actividad económica y las inversiones. Habrá que esperar.
Un capítulo importante son las reformas monetarias, que deben tenerse en cuenta, porque eso permitirá fortalecer a la dolarización y mejorar los niveles de reservas internacionales del país. Ahí aún hay tarea que hacer.