Solo para empresas y emprendedores

Es una columna que analiza la situación y los desafíos de las empresas, las pymes y los emprendimientos en el contexto económico ecuatoriano e internacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/xBasantes Twitter: @XAVIERBAS

Xavier Basantes

Lic. en Comunicación, U. Central. Posgrado en periodismo en U. Andina y diplomado en gestión empresarial del Tec de Monterrey. Periodista económico. Del 2009 - 2016, Editor de LÍDERES. Exeditor de El Comercio TV; ahora Macroeditor de Proyectos Multimedia.

Pérdidas incalculables

La factura que deja al país la paralización, por ahora, es incalculable. Todo suma. Suspensión de la producción petrolera, destrucción de plantaciones florícolas, inmovilización de miles de vehículos de carga pesada, escasez y desabastecimiento de productos (tiendas, mercados, supermercados), destrucción de la propiedad pública y privada, problemas en la prestación de servicios (salud, educación), falta de transporte (urbano, intercantonal, interprovincial), aumento del riesgo país y desinterés de los inversionistas, cultivos y cosechas de pequeños agricultores perdidos o destruidos, daños en el sistema vial, infraestructura arruinada, comerciantes formales -y hasta los informales- sin liquidez en los negocios (ventas mínimas).

La lista de afectaciones sigue. Feriado sin movimiento turístico, cancelaciones en reservaciones (hoteles, hosterías, agencias), pequeños emprendimientos inactivos; seminarios, conciertos, presentaciones artísticas, bodas, suspendidas o postergadas.

Y mientras más se incursiona en el movimiento económico que se genera a partir de la interacción de la sociedad en un mercado, las pérdidas se acumulan y su recuperación tomará mucho más tiempo. Por ahora no se tiene un balance macroeconómico (y microeconómico tampoco), pero indudablemente este mes y este año ocasionarán que se termine con cifras en rojo. Lamentable.

Y lo más lamentable es que una buena parte de ese triste panorama de pérdidas que se han producido en apenas una semana de paro deviene de actos delictivos, de amenazas, de robos, de agresión, de temor, de inseguridad.

Pero en medio de las crisis surgen las oportunidades. Que esta sea la oportunidad para conducir mejor los recursos públicos hacia la reducción de la pobreza; para prestar más atención a un sector que durante décadas ha estado abandonado en el país; para lograr consensos y acuerdos laborales; para corregir desequilibrios en las cuentas fiscales; para acercar a las personas con su ciudad. Pero todo esto, a través del diálogo, por supuesto.