El balcón de Ecuador

La columna expone temas urbanos de las ciudades, las experiencias positivas de las ciudades y sus habitantes, prevención de desastres, la conectividad vial del país y el turismo. Otros artículos del autor: http://bit.ly/bttyJumbo

Betty Jumbo

Betty Jumbo

Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Central, diplomado por la Universidad Andina Simón Bolívar y maestría por la Universidad de Miami (Estados Unidos). Es periodista desde 1995. Actualmente, es Editora de la Sección Ecuador en El Comercio.

A contagiarse del entusiasmo contra el plástico

A los manabitas se los ve muy animados con la idea de usar menos plástico; hay tanto entusiasmo, que quien visita esa provincia sale contagiado de esa buena iniciativa.

Esa efervescencia se nota en Portoviejo, Manta, Chone, por mencionar algunos sitios. En los locales comerciales, por ejemplo, se colocaron tachos exclusivos para el depósito de las botellas. Y en la capital provincial resulta estimulante ver ese compromiso de los dueños de restaurantes y hoteles, quienes se sumaron a la campaña para eliminar la utilización de los sorbetes.

Cada negocio usa hasta 20 000 sorbetes -en promedio- durante el año y en Manabí están registrados 978 establecimientos, según el Ministerio de Turismo.

La ordenanza aprobada por la Prefectura manabita es un buen ejemplo de que es posible convocar a la gente para buenos propósitos. Primero irán por los sorbetes y luego por las botellas, las cucharas, los platos, las tarrinas y las fundas plásticas.

Guayaquil y Galápagos emprendieron esa misma tarea y también lo hacen a través de ordenanzas. En esas tres zonas se ha dado el primer paso -todas en este año- para hacer que sus habitantes contaminen menos el planeta. Estas iniciativas establecen normativas y un marco de acción legal para lograr que todos contribuyan.

El aporte de las empresas o negocios es vital y puede ser mucho más potente si cuentan con incentivos, sean en impuestos, exoneraciones u otro tipo de estímulos, que motiven su participación activamente.

Si bien es importante que los habitantes adquieran el hábito de reciclar es mejor educar, sobre todo, a los niños para que crezcan en una cultura sin el plástico.

Seguramente, a largo plazo tendremos ecuatorianos ecológicos, amigables con el ambiente o como se los quiera llamar.

Lo que hacen las dos provincias y Guayaquil constituye un hito importante que el resto del país puede replicar. Si va a esos sitios es posible que se contagie de su entusiasmo.