Redacción Construir
Cuando una persona natural o una empresa buscan comprar una vivienda usada hay que verificar el origen de esta. Es decir, se debe constatar que los documentos de registro de propiedad estén debidamente legalizados. Hay casos de personas que fueron perjudicadas con documentos inválidos. Así lo afirma el Arq. Fernando Almeida, experto avaluador de bienes raíces.
Este hecho es una desventaja frente a la compra de una vivienda nueva. Esta última, para hacer una edificación, cuenta con documentos aprobados por las autoridades municipales, firmas y documentos legales.
¿Otra desventaja? Al comprar este tipo de vivienda hay riesgo de encontrar fallas ocultas. Se pueden deteriorar los sistemas hidrosanitarios (tuberías de agua potable), techos y paredes. En el contrato de compraventa de una vivienda usada no existe garantía para arreglo de daños estructurales. Lo único que está estipulado es la transferencia del bien. Se explica el tamaño de la edificación, si hay estacionamientos, terrazas o jardineras.
El sistema bancario limita el otorgamiento de un crédito para compra de viviendas usadas.
Una ventaja es que el precio de una propiedad usada es atractivo para las personas que buscan una casa a menor costo. El valor es de un 35% menos que el de una nueva.
El sitio donde está ubicada la vivienda también es un factor a favor. El interesado busca establecer su negocio o vivienda en un lugar determinado, aunque tenga que hacer reparaciones por su antigüedad y uso. Hay departamentos nuevos que están ubicados en sectores como la González Suárez, Quito Tenis o La Carolina. El precio de estas viviendas van desde USD 1 100 a 1 200 el m². En el mismo sector, el precio de una vivienda usada es de USD 750 el m².
La remodelación de una propiedad usada implica inversión y tiempo para ejecutar los trabajos. Por tanto el interesado debe estar consciente de la inversión que deberá realizar.