Redacción Cuenca
Su afición por el deporte tuerca se inició a los 5 años. A esa edad, Juan Pablo Vintimilla Calle asistía con frecuencia al sector de La Concordia, en Cuenca. Allí se entrenaba en la pista del bicicrós.
Seis años después perdió el miedo a la velocidad y se convirtió en un intrépido piloto de motos y vehículos. Toda esa pasión la heredó de su padre, Pablo Vintimilla, quien fue corredor de autos en los años ochenta y noventa.
3 000 dólares
gastó en el Rally Nacam. La Federación Nacional de Automovilismo cubrió el resto.En las frecuentes salidas con su progenitor, se acostumbró al ruido de los motores, a los altos niveles de adrenalina, a conocer de cerca los tipos de terreno…
Su padre recuerda que fue compañero del bicicrosista Daniel Roura (campeón mundial amateur de bicicrós). También cuenta que en la época de adolescencia era malgenio; ahora es sereno. “Su vinculación con el deporte le ayudó a estar alejado de vicios”.
En la actualidad, es el mejor piloto del país en la categoría 1401-1600 cm³. El pasado fin de semana, en Nono, Pichincha, obtuvo el subtítulo general del Rally Nacam Internacional 2009, luego de tres válidas cumplidas en México, Costa Rica y Ecuador.
Vintimilla fue superado por el mexicano Ricardo Triviño, quien lideró las tres válidas. Con su auto Peugeot 206, que le costó USD 23 000, terminó primero en su categoría. El piloto azuayo lamenta que en la carrera del fin de semana perdió 12 minutos por la imprudencia de conductores particulares que le sacaron de la pista.
Sin embargo, “estoy feliz con mi participación”. En Guadalajara, México, junto con el copiloto Gabriel Galarza (ambateño), terminó primero en la categoría A6 (1600 cm³) y tercero en la clasificación general. En Costa Rica, fue líder en su división y segundo en la general, igual en Pichincha. Allí tuvo como copiloto a su coterráneo Francisco González.
Vintimilla, en 1997, fue campeón provincial y nacional de motociclismo (hare scramble). Se entrenó en un rally provincial (Azuay) en abril de 2008. Tres semanas antes adquirió su primer vehículo y tuvo poco tiempo para prepararse, pero obtuvo el primer lugar y allí empezó una serie de triunfos locales y nacionales.
Según Diego Serrano, amigo y rival en la pista, Juan Pablo es una persona amigable y un piloto destacado. Su principal virtud es la constancia en su preparación. “Él viene de una familia identificada con el deporte tuerca y la velocidad es parte de su vida”.
El mejor piloto del país en la categoría A6 (1401-1600 cm³) dice que en una prueba la concentración es clave, desde que arranca hasta que el carro se detiene. “Hay que controlar la ansiedad para evitar errores o accidentes”. Pese a ello, en una de las pruebas locales estuvo a punto de entrar con su vehículo en una iglesia de Checa (Cuenca).
Vintimilla sugiere a la Federación Nacional de Automovilismo y Kartismo un cierto control para que las competencias no sean concursos de dinero sino de capacidades del piloto. “Es injusto que se pongan tantas piezas en los autos y así hagan la diferencia”, agrega el corredor de 29 años.