Diego Dávalos
Realmente resulta vergonzosa la nueva ley con la cual se trata de amordazar a la prensa libre de nuestro país, de callar y controlar los medios y de intervenir directamente en la manera de pensar de la sociedad. Una sociedad que deja que se atente contra las libertades individuales, que asiste impávida a la pérdida de su capacidad de expresión libre, incapaz de defender sus conquistas libertarias, es una sociedad cobarde, que ha perdido todos los valores democráticos que tan penosamente los adquirió.
Resulta humillante ver a nuestros periodistas convertidos en defensores de los valores elementales y libertarios que se nos quiere quitar. Dónde están los líderes que nos representaban y que deberían estar defendiendo las libertades elementales, como la libertad de pensamiento, libertad de prensa y libertad de expresión.
Eugenio Espejo se preguntaría si valió la pena eliminar una forma de servidumbre por otra, peor que la anterior, en su intento de avasallar la forma de pensamiento liberal y democrática y cambiarla por una prensa controlada, sometida a una forma de pensar aberrante, centralista y totalitaria. Si perdemos estas libertades lo habremos perdido todo.