Las ventas ambulantes acompañan a las marchas

Las ventas ambulantes en la tribuna De los Shyris. Foto: EL COMERCIO

Las ventas ambulantes en la tribuna De los Shyris. Foto: EL COMERCIO

Las ventas ambulantes en la tribuna De los Shyris. Foto: EL COMERCIO

El hambre no conoce condición social o filiación política. Lo sienten por igual os manifestantes que están en contra o a favor del Gobierno. Para saciar el apetito hay una oferta variada en la avenida De los Shyris.

Un carrito de hot dog se estacionó en la mitad de esta avenida la noche del viernes 12 de junio del 2015. De inmediato, cuatro comensales lo rodearon, pagaron USD 1,50 y se prepararon el perro caliente a su gusto. Al final recibieron un vaso de gaseosa negra.

Cristina Miño, dueña del carrito, indicó que desde que empezaron las protestas, el pasado lunes, ha vendido cerca de 40 unidades cada noche. "Si no hay bullas yo no puedo vender", señaló.

Los comerciantes autónomos ven en las manifestaciones una oportunidad para mejorar sus ingresos. Soraya Quilachamín vendía banderas negras y de Ecuador en la República Del Salvador. El costo oscilaba entre USD 1 y 3. "La gente si compra, pero cuando era la época de Lucio compraban más", recordó.

En la avenida Portugal, en cambio, estuvo Gerónimo Chicaiza que ofertaba banderas verdes y tricolores a USD 1. Él se declaró seguidor del presidente Rafael Correa. "Después de vender, me voy a la concentración", dijo.

Las cornetas también se vendieron como "pan caliente". A los manifestantes no les importó pagar USD 2 para hacer bulla y tratar de atenuar el estrepitoso sonido que provenía de los parlantes instalados en la sede de Alianza País.

Los locales comerciales de comida cercanos a la tribuna también han sido beneficiados en estos días. En un restaurante de 'shawarma' las ventas han mejorado en un 200%. Lo mismo señaló Lucía Serrano, dueña de una 'burguer' cercana.

No obstante, las concentraciones han afectado a los negocios que no están relacionados con comida. Por ejemplo, en el salón de belleza Seducción, este viernes, hubo cerca de 30 clientes. Martha de Espín, propietaria, manifestó que en días normales atiende hasta 100 personas.

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