Quito
La décima edición del Spondylus
Redacción Cultura
Humanizarte realiza esta cita anual. En su teatro, en las calles Leonidas Plaza y Lizardo García, desfilan los grupos invitados. También estarán en el Teatro Benalcázar y la Casa Malayerba. Nelson Díaz es el director del festival que integra el octavo Circuito de la Red Ecuatoriana de Festivales 2009.
Si bien el Spondylus de las artes cumple su décima edición, la cita se ha gestado a lo largo de 15 años, mediante cambios de nombres y de formatos en su presentación. Su historia va de la mano con el crecimiento del Ballet Andino Humanizarte. Según Díaz, el festival se concretó por mandato de la Red Ecuatoriana de Promotores Culturales, después se dio el contacto con los festivales de Guayaquil y Manta para integrarse en el circuito.
La propuesta creció mediante la cooperación de sus gestores, la vinculación, en cada ciudad, de los grupos invitados y siguiendo el ejemplo de propuestas internacionales, ya que el circuito es parte de una red latinoamericana.
Pero el festival no solo ha funcionado en los tres puntos, pues en sus ediciones pasadas existen extensiones en otras ciudades del país.
La selección de los grupos comienza con una convocatoria que se realiza a través de la Web. Díaz explica que el festival ha alcanzado renombre internacional, por lo que los grupos se acercan para formar parte del mismo.
“La característica principal de esta edición es la consolidación de los espacios y la participación activa de nuevos artistas escénicos”, dice Díaz. Sin embargo, el organizador lamenta la falta de apoyo estatal, principalmente con respecto a la infraestructura.
Guayaquil
El teatro sigue en pie solo por amor
Redacción Cultura
En la ciudadela Kennedy Vieja, el Centro Cultural Sarao es la casa del Festival de Artes Escénicas de Guayaquil, que este año llega a su 12 edición.
Sin embargo, esta podría ser la última vez que el edificio reciba a la cita, ya que por problemas presupuestarios se prevé su cierre. Pero Luis Mueckay, director de Sarao, y principal responsable del encuentro, no baja los brazos: “Es un festival de resistencia y de amor”.
Más aún cuando el público respalda la realización de la mayor cita teatral del Puerto Principal. El martes, en la inauguración, la sala lució llena frente a la propuesta escénica de Malayerba, ‘De un suave color blanco’.
Por ello, Mueckay no piensa interrumpir la fiesta de teatro de Guayaquil: esta se llevará a cabo aunque sea en otra casa. Ya Sarao vivió la amarga experiencia de clausurar el festival de danza en junio.
Una forma de enfrentar esta crisis financiera fue la unión con los festivales de Quito y Manta. Los grupos internacionales visitan Guayaquil y así aportan al objetivo mayor de la cita: desarrollar públicos para las artes escénicas. Por eso, también se incluyen actividades paralelas a las funciones. Jóvenes actores y estudiantes de teatro acuden a los talleres, para mantener viva la actividad cultural en la ciudad. También se realizan funciones en colegios fiscales.
En esta edición, el festival es más modesto, pero se cumple con la afán de presentarlo sin pausas.
Y Mueckay ya piensa en el próximo año. Junto a su colaborador, el bailarín Jorge Parra, mantienen la decisión de seguir a pesar de las dificultades.
Manta
En la calle se abrió el 22° festival
Redacción Manta
La inauguración del vigésimo segundo festival de teatro internacional de Manta se desarrolló ayer en las calles y avenidas del puerto manabita.
Fue algo similar a lo que sucedió hace tres años, cuando un grupo español llegó con el espectáculo ‘Dimomaquia’. Más de 100 artistas caminaron desde la parte alta de la ciudad portuaria hasta el malecón de la urbe. “El arte salió a las calles. Son esas calles donde están los actores cotidianos, los del diario vivir, la gente”, dice Nixon García, director del grupo La Trinchera, organizador del encuentro cultural anual.
Zanqueros, figuras gigantes, marionetas, carros alegóricos, bandas de pueblo, chivas musicales, clowns, mimos, teatristas, acróbatas, bailarines, entre otros, se apropiaron de la ciudad. Edward Tapia, artista plástico colombiano, llegó a Manta hace tres semanas para preparar el espectáculo callejero.
La lectura de Tapia sobre el espectáculo es que el montaje hace énfasis en la iconografía de la cultura manteña. Los antepasados de esta zona de Manabí eran hábiles navegantes, por ello la movilidad de los zanqueros fue el punto clave de todo el montaje del espectáculo.
Esto fue una especie de carnaval cultural que busca hacer que el público de Manta que ha madurado en estos 22 años de vida del Festival Internacional de Teatro de Manta valore también las obras de calle. En esta edición , la cita se extiende a otros cantones de Manabí, entre ellos se cuentan presentaciones en Portoviejo, Chone y Montecristi. Así también, en Manta se promociona la plataforma de nuevos teatristas.