Edison (nombre protegido) sufrió un asalto mientras se entrenaba en su bicicleta el pasado 9 de octubre del 2020 en el parque Metropolitano Guangüultagua. Foto: cortesía.
Edison (nombre protegido), de 42 años, sufrió un asalto en el acceso sur del parque Metropolitano Guangüiltagua ubicado en el norte de Quito, a las 13:30 del viernes 9 de octubre del 2020. El hecho ocurrió mientras se entrenaba para una competencia atlética.
A continuación su testimonio:
“Salí para entrenarme en el parque Metropolitano Guangüiltagua porque tenía previsto participar en una competencia atlética. A las 13:30, ingresé por el acceso sur y primero pasé junto a las viviendas de unas familias que viven allí y no hubo problemas.
Transcurrieron cerca de cinco minutos y, al avanzar junto a unos matorrales, alguien me empujó con fuerza por la espalda y perdí la estabilidad. Me caí estrepitosamente mientras cicleaba.
Antes de caer tres hombres se acercaron. Uno de ellos me dijo te voy a matar y le pedí que no me hiciera daño. Les permití que se lleven mi bici y no puse resistencia. Parece que eso les calmó porque se tranquilizaron por unos segundos y dejaron de amenazarme.
Tomaron la bicicleta y se fueron rápidamente. No se llevaron mi teléfono. En ese momento pasaban unas señoras con unos niños y solo miraron lo que pasó. Los delincuentes me atacaron sin miedo, ni siquiera utilizaban mascarilla. No les importó que había gente en los alrededores.
Me comuniqué con el ECU-911 y un policía motorizado llegó a los 10 minutos. Me sugirió que vaya a la UPC de Quiteño Libre, pero allí no encontré un uniformado que me ayudara. No había gente.
Luego fui a poner la denuncia en el edificio de la Policía Judicial ubicada en la isla Pinzón e isla Floreana. Allí me sugirieron que debía acudir a la Fiscalía 48 horas laborables después de poner la denuncia.
También me indicaron que lleve algún tipo de evidencia. Luego de eso analizarán si asignan o no a un agente investigador. Lo preocupante es que, tras denunciar mi caso en redes sociales, mucha gente se comunicó conmigo para solidarizarse y contarme que vivió experiencias similares.
Una persona incluso me envió las fotos de unos individuos que fueron apresados, pero recuperaron la libertad porque no hubo denuncia contra ellos. Yo estoy casi seguro que uno de esos hombres me atacó.
Creo que si hay tantos perjudicados, las autoridades deberían seguir la pista de los delincuentes. Mientras hacía fila en la PJ, conversé con unos policías y me dijeron que conocen el tema, no es la primera vez que ocurre un asalto de esas magnitudes, pero no podían hacer algo para ayudar.
Por la caída, yo comencé a sentir fuertes dolores en el cuello y salí de la PJ para regresar a mi casa. Decidí retornar al otro día para presentar la denuncia.
Volví a las 11:30 del sábado para que me tomen la versión. Había varias personas afectadas por otros delitos y conversé con ellas. A una señora le robaron su local comercial, los delincuentes se llevaron bicicletas, televisores…
A una chica le robaron una moto, a otra le arrancharon sus pertenencias, hubo casos de todo tipo. Recuerdo que había poca gente, pero en la toma de cada versión los policías se demoraban entre 30 minutos y una hora.
Al principio había como 15 personas, pero la mitad se cansó de esperar y se fue. Me tocó esperar casi seis horas y media para que los agentes me atendieran a las 19:00. Conmigo se demoraron 15 minutos y me fui.
Hace tres años me asaltaron en el parque La Carolina y me salvé de que me maten. El delincuente me retuvo como 30 minutos y me dejó ir tras llevarse mis pertenencias. A raíz de esa experiencia aprendí que nunca se debe forcejear o discutir con los delincuentes.
En ese atraco, yo caminaba entre los árboles y ellos saltaron desde uno para atacarme por sorpresa. Fue como a las 18:30.
Ahora, no volveré al parque Metropolitano Guangüiltagua. Me siento más seguro andando por la ecovía que allí. Obviamente no lo haré por un buen tiempo, no tengo dinero para comprar otra bici.
Siento que también me robaron el parque. Ya no tengo un lugar para entrenar o distraerme porque la delincuencia se apoderó de ese espacio”.