La Asamblea Nacional entregó las credenciales a los héroes y heroínas del país. Foto: EL COMERCIO
Los tres suboficiales en servicio pasivo fueron reconocidos la mañana del 6 de octubre del 2014 anterior. Ese día, a los militares Patricio Robayo, Segundo Paspuel y Carlos Solís los acreditaron como héroes en el salón José Mejía Lequerica de la Asamblea Nacional.
Con ellos, otras 142 personas superaron el proceso de calificación contemplado en la Ley y fueron declarados héroes y heroínas. De ellos, 121 son civiles, 19 militares y 5 policías que recibirán una pensión de dos salarios básicos, casas, becas educativas, entre otros beneficios que contempla la Ley de Héroes.
Los tres uniformados recibieron su diploma por salvar la vida del expresidente León Febres Cordero en el denominado ‘Taurazo‘ del viernes 16 de enero de 1987, que ocurrió en la base aérea de Taura (cantón Naranjal-Guayas). Carlos Solís recuerda que eran las 9:00 cuando “íbamos con el Mandatario a una ceremonia militar. En el momento que se daba el acto, tras el himno nacional, escuchamos un disparo. Nosotros pensábamos que era parte de la ceremonia, pero nos dimos cuenta que era un atentado porque militares que estaban formados al frente se vinieron encima disparando”.
Ese día, un grupo de militares se sublevaron porque pedían la liberación de su general Frank Vargas Pazzos, quien estaba detenido por haberse tomado por 24 horas las bases aéreas de Manta y Quito. Esto tras denunciar supuesta corrupción en la adquisición con sobreprecio de un avión Fokker para TAME.
Tras el ataque, ellos recuerdan que no respondieron con sus armas, pues solo se arrojaron encima del Jefe de Estado para cubrirlo con sus cuerpos. Cinco soldados protegieron a Febres Cordero y dos murieron, los sargentos Jaime Quinga del Ejército y Gonzalo Herrera de la Armada Nacional. “A mí me impactaron con cinco balas. A mi compañero Paspuel le alcanzaron cuatro tiros”, dice Solís.
Paspuel cuenta que le perforaron los intestinos y contrajo lesiones en sus órganos internos. Luego, ellos ya no pudieron continuar con su vida militar y se retiraron.
Ellos aplicaron al proceso de selección de héroes y heroínas hace dos años. Para hacerlo, presentaron toda la documentación que guardaron tras aquel incidente. Solís y Paspuel viven actualmente en EE.UU, pero Robayo se quedó en el país y él se encargó de hacer seguimiento a los trámites. “Nosotros vamos a regresar, este es nuestro país”, señala Paspuel.
Para ellos, los beneficios que les otorga la Ley de Héroes no son lo importante, sino que fueron reconocidos por su valor y honor.