El procesado fue hallado culpable de la muerte de su hermano, a quien asesinó por una hectárea de terreno que fue heredada. Foto: Imagen referencial Fiscalía
El Tribunal de Garantías Penales de la provincia de Orellana encontró culpable del delito de asesinato a Fernando Raúl A. H. y lo sentenció a 34 años y ocho meses de cárcel por la muerte de su hermano menor, ocurrida en mayo del 2019.
La Fiscalía informó el miércoles 25 de septiembre del 2019 que los testimonios anticipados de la esposa y el hijo de la víctima fueron las pruebas fundamentales para que el agresor sea sentenciado por la muerte de Sandro Porfirio A. H.
La audiencia de juzgamiento se realizó el jueves 19 de septiembre en Orellana. Durante la diligencia, la mujer y el menor de ocho años relataron con detalles cómo Fernando asesinó a Sandro.
El pasado 18 de mayo del 2019, al mediodía, Sandro, Alicia y su hijo trabajaban en un terreno que la víctima había heredado de sus padres. La parcela está ubicada en el cantón Loreto, de la provincia de Orellana, en la Amazonía del Ecuador. La familia limpiaba la siembra de piña, café y cacao que tenía en la hectárea de tierra.
“En medio de la faena agrícola, llegó Fernando. Lo amenazó y reclamó por los límites de los terrenos. El procesado intentó iniciar una discusión porque quería que su hermano menor le entregara la tierra, a lo que víctima no accedió. Cuando se dio vuelta, el ahora sentenciado le asestó un machetazo en la cabeza”, detalló la Fiscalía.
La madre y el niño de ocho años, que es el hijo mayor de tres que tuvo la víctima con la mujer, también fueron amenazados de muerte por Fernando, quien reclamaba la hectárea de tierra y si no dejaban de sembrar en ella.
La fiscal del caso, Eulalia Rodríguez, reprodujo el testimonio anticipado del menor de ocho años y el de su madre: Alicia tomó a su hijo y corrió del lugar para salvar sus vidas y pedir auxilio. Minutos después, el niño se soltó de la mano de su madre y regresó al sitio donde había quedado su padre, pero lo encontró agonizante.
El procesado huyó del sitio, pero a la mañana siguiente, el 19 de mayo, un policía lo reconoció y lo detuvo.
Ante el Tribunal de Garantías Penales de Orellana, presidido por el juez José Ronquillo, también se presentó al perito médico que elaboró el informe de autopsia y determinó que el ataque sucedió por la espalda. En tanto el procesado, se acogió al derecho constitucional al silencio.
El Tribunal Penal lo sentenció a cumplir la pena agravada de 34 años y ocho meses de privación de la libertad como autor de asesinato, tipificado en el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), con las circunstancias agravantes del artículo 47 numerales 7 (saña) y 9 (indefensión de la víctima). También fue condenado a entregar una reparación integral de USD 15 000 a favor de la familia de su hermano.