Entrevista a Jaime Peña. Psicólogo infantil y educativo
Su experiencia. Se especializó en psicología conductual. Tiene un masterado en Dificultades de Aprendizaje.
Su punto de vista. Es vital que los padres preparen a sus hijos ante diferentes situaciones para que estos sepan qué hacer.
El incremento de robos a domicilios en Quito tiene un matiz: mayor violencia, con niños maniatados y amenazados con armas por los delincuentes, en sus casas. ¿Cómo se lee este fenómeno desde la psicología?
La delincuencia es uno de los fenómenos que afectan a la sociedad. En los niños genera un impacto emocional tan profundo que amerita tratamiento psicoterapéutico y hasta farmacológico, porque es un ‘shock’ que causa inestabilidad emocional.
¿Qué se produce en un niño o niña que ha sido víctima?
Una serie de trastornos emocionales. Hay dificultades en el proceso de comunicación, problemas en su rendimiento académico, pérdida de control de esfínteres o dificultades en la ingesta de alimentos, temor de salir a la calle o a relacionarse con los demás.
¿El tipo de delito que un niño enfrente puede producir efectos diferentes?
Depende mucho de las diferencias individuales. Para un menor que tenga algún tipo de dificultad en el hogar, este puede generar una reacción diferente a la de otro que no tenga los mismos problemas. Pero no deja de tener un efecto nocivo en todos los casos.
¿Por qué es importante el entorno familiar en la manera en que un menor asume estos acontecimientos?
El entorno en el que se desenvuelve un niño marca una diferencia, porque si es bueno, le da mayor seguridad.
¿Y con padres separados?
No importa si el niño no tiene a sus padres juntos, es esencial saber manejar las circunstancias para ayudar al menor a recuperarse. Sin ese apoyo, el problema marca la vida de la persona y hay quienes nunca se reponen.
¿La edad del menor incide?
En los primeros años de vida se forma la personalidad; el niño puede traumarse de por vida, porque empieza a adquirir seguridad, confianza, valores, es mucho más vulnerable. Cuando ya son más grandes, afrontarán la situación dependiendo de la manera en que fueron educados y el apoyo de sus familiares.
Hay actos delictivos que pueden durar un minuto, pero otros incluso años (plagio). ¿Cómo afecta el tiempo?
El tiempo está marcado en el tipo de delito, si un niño ve un arma, en un segundo va a generarle un impacto pero no igual al de otro que pase por un secuestro o que mire cómo asesinan a sus padres. Si hablamos de un secuestro, eso deja muchas más secuelas, pues ha vivido rodeado de gente extraña, en condiciones infrahumanas; devastador para un niño.
¿Qué debe hacer la familia para ayudar al pequeño?
Debe existir mucha comunicación entre los padres; sean separados o no, la responsabilidad es compartida. Hay que tomar conciencia de que los hijos son lo primordial en ese momento; mantener la calma para proceder de manera adecuada y brindarle seguridad y amor al menor. Se debe recomendar al niño qué hacer en determinados casos.
¿Es importante que los padres realicen prevención?
Sí. Es vital que hoy en día los padres preparen a sus hijos ante diferentes situaciones para que ellos sepan cómo reaccionar y qué hacer en casos de robo, extorsión, secuestros… Muchas veces por curiosidad, natural en un niño, pueden ocurrir desgracias. La orientación previa evitaría que sea demasiado impactante; asíél sabrá cómo actuar en caso de ver un cuchillo o un arma de fuego.
¿Y el papel de la escuela?
La tarea de maestros, directores, psicólogos, ayuda al menor. Deben estar alertas en su rendimiento, calificaciones, interacción social, participación, etc. Todo puede indicar que algo sucede, que algo no está bien.
¿Qué deben notar los padres para saber que el niño necesita ayuda profesional?
Ver los cambios de comportamiento. Los niños son sinceros, pero dejan de hablar, de sonreir, de jugar, de establecer vínculos, de interrelacionarse. El lenguaje corporal es el que nos indica que la situación y el trauma son severos y que él necesita una terapia para superar haber sido víctima.